Emprendimiento, ¿es una palabra maldita?
Nos acercamos al mundo del emprendimiento desde una perspectiva global
El emprendimiento es un asunto de actualidad perenne. Una cuestión de debate constante. ¿Quién no ha escuchado a un trabajador autónomo quejarse de la fiscalidad, de los pocos apoyos que recibe, de su relevancia para la economía global?
Sin embargo, en los últimos años, ha habido una creciente preocupación por la forma en que se utiliza la palabra emprendimiento y la percepción que se tiene de ella. Algunas personas creen que el término ha sido manoseado y que se ha convertido en una especie de palabra maldita. Pero, a tu juicio, ¿esto está justificado?
Vayamos por partes.
En primer lugar, es importante comprender lo que significa realmente el término emprendimiento. Según la definición de la Real Academia Española de la Lengua, el emprendimiento se refiere a la «acción y efecto de emprender algo, especialmente cuando conlleva riesgo».
En otras palabras, se refiere a la acción de acometer algo nuevo y asumir los riesgos que conlleva ese proceso. Si bien esto puede ser emocionante y desafiante, también puede ser extremadamente difícil y llevar a fracasos y decepciones.
Llegados a este punto, a más de uno le vendrá a la mente esa habitual sentencia, made in USA, que dice que, si no te arruinas alguna vez en la vida, nunca triunfarás. Algo para lo que, también aquí, hay detractores y quienes lo apoyan sin fisuras.
El peligro de los casos de éxito
Sin embargo, en los últimos años, ha habido una tendencia creciente de barnizar con glamur el emprendimiento, presentándolo como una solución mágica para todos los problemas y una forma fácil de hacerse rico rápidamente. Esto se ha visto en el aumento de programas de televisión y documentales que se centran en empresarios exitosos –testimoniales o success cases– y en la cultura de las redes sociales, que presenta la imagen de que todos pueden ser emprendedores exitosos.
Esta representación idealizada del emprendimiento ha llevado a algunas personas a percibirlo como una especie de palabra maldita.
Para ellos, el término y su representación, han perdido su significado original y se ha convertido en una especie de cliché que se usa para vender todo, desde productos hasta servicios y programas de capacitación. Además, algunas personas sienten que la presión para convertirse en emprendedor es demasiado alta y no se ven capacitados, de hecho, para afrontar dicho reto.
El emprendimiento no es para todos
En realidad, el emprendimiento no es para todos. No todos tienen la personalidad, habilidades o recursos necesarios para ser un empresario exitoso. Además, incluso aquellos que tienen lo que se necesita, deberán afrontar desafíos significativos en el camino hacia el éxito. El emprendimiento requiere trabajo duro, dedicación, paciencia y una comprensión sólida de los conceptos empresariales básicos. Esta última es una clave mucho más importante de lo que puede parecer. No sólo de buenas intenciones se tejen los grandes trajes.
Otro factor que ha contribuido a la percepción de que el emprendimiento es una palabra maldita es la creciente y desalentadora brecha entre los emprendedores exitosos y los que transitan el camino hacia la cima. La mayoría de los emprendedores no alcanzan el éxito inmediato y luchan para hacer crecer sus negocios.
Pero no todo es malo en el mundo del emprendimiento, dado que ha permitido a muchas personas crear sus propios negocios, ser sus propios jefes y tener la libertad de tomar decisiones empresariales importantes.
Además, el emprendimiento facilita la creación de empleo y el crecimiento económico en territorios que no pueden contar con una fábrica o que están alejados de los centros de decisión y grandes ciudades.
Un relato trucado que dista de la realidad
Sé tu propio jefe. No tengas horarios… El problema de raíz no tiene que ver con el emprendimiento en sí mismo, sino la forma en que se ha representado en la cultura popular.
Porque emprender por tu cuenta suele ser mucho más duro que tener una nómina de una compañía que te paga cada fin de mes. Los desvelos son muchos más.
Si bien es cierto que hay muchas historias de éxito en el mundo del emprendimiento, también hay muchas historias de fracaso y lucha que no se cuentan con la misma frecuencia.
La verdadera cara del emprendimiento no es una historia de éxito instantáneo, sino una de trabajo duro, dedicación y perseverancia.
Además, el emprendimiento no es la única forma de tener éxito en la vida.
Hay muchas personas que han logrado el éxito en sus carreras y en la vida sin tener que emprender un negocio propio.
El éxito puede ser alcanzado a través de diferentes caminos, y es importante no perder de vista eso.
No es para todos
El emprendimiento no es para todos, y aquellos que buscan convertirse en emprendedores deben estar preparados para enfrentar desafíos significativos en el camino hacia el éxito. Es importante recordar que el éxito empresarial no es fácil ni rápido.
En definitiva, el emprendimiento es una oportunidad emocionante y desafiante para aquellos que buscan crear sus propios negocios y tomar riesgos empresariales. Sin embargo, es importante no perder de vista la realidad señalada del esfuerzo y la perseverancia necesarios para tener éxito en el mundo del emprendimiento.
El éxito empresarial no es fácil, no te descubro la pólvora, pero para aquellos que están dispuestos a luchar por él, tienen más opciones de alcanzarlo, y de llegar a ese punto, puede ser muy gratificante.
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